Expertos reunidos en el III Encuentro entre Investigadores en Salud Mental, Pacientes y Familiares, organizado por el Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM), la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental (FEPSM) y Mundo Bipolar, con el patrocinio de Lundbeck, han avisado de que la investigación en salud mental es una responsabilidad de profesionales, pacientes y familiares.

“Este encuentro nos permite conocer de primera mano su forma de ver esta realidad y conocer las dificultades con las que se encuentran, por ejemplo, a la hora de participar en un estudio o ensayo clínico. Por ello, consideramos clave hacer partícipes a los pacientes de la toma de decisiones a la hora de investigar e implementar tratamientos de salud mental con el objetivo de mejorar su asistencia”, ha comentado el investigador del CIBERSAM en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid y uno de los coordinadores de este encuentro, Jerónimo Saiz.

Así, en lo referente al trastorno bipolar, Saiz ha asegurado que el trastorno bipolar es una de las áreas de investigación más productivas de CIBERSAM. De hecho, para conseguir comprender las causas del trastorno bipolar y buscar tratamientos más seguros y eficaces, que permitan a los pacientes y a sus familias llevar una vida normal, los investigadores de CIBERSAM han realizado, a lo largo de los últimos 9 años, estudios ambiciosos que han dado lugar a importantes avances.

En concreto, se han publicado 407 artículos científicos que han permitido analizar a fondo la genética, la neurobiología, la neuroimagen y los cambios cerebrales que comporta la enfermedad, y se han ensayado nuevos tratamientos farmacológicos y psicológicos. “Se avanza no sólo en terapias, sino también en prevención, buscando la detección precoz en niños y adolescentes. Se prueban nuevos fármacos, nuevas terapias, y técnicas de estimulación cerebral, siempre con la cooperación de las personas afectadas, y con el máximo respeto a las normas éticas y al sufrimiento personal”, otro de los coordinadores de la jornada, José Manuel Montes.

Por su parte, el coordinador del Programa de Investigación en Depresión del CIBERSAM, Víctor Pérez Solá, ha recordado que la depresión es una enfermedad cerebral grave que afecta a unos 6 millones de personas en España y cuya incidencia está aumentando en las últimas décadas.

“Se trata de la segunda causa de discapacidad en el mundo y una patología que influye de manera clave en el suicidio, que es la segunda causa de muerte en población joven. De hecho, la sintomatología depresiva está presente en el 70 por ciento de los suicidios consumados”, ha apostillado.

LOS ANTECEDENTES FAMILIARES NO SON DETERMINANTES EN LA ESQUIZOFRENIA

En relación a la esquizofrenia, una enfermedad mental compleja en la que se produce un funcionamiento erróneo de los circuitos cerebrales con un desequilibrio entre los neurotransmisores, la psicóloga e investigadora post-doctoral, Bibiana Cabrera, ha advertido de que el hecho de tener antecedentes familiares aumenta el riesgo de padecer esquizofrenia pero que esto nunca es determinante.

Además, ha comentado que existen factores ambientales como las complicaciones obstétricas, la edad paternal, los traumas infantiles, el consumo de cannabis y las condiciones urbanas que ejercen un gran peso en la aparición y curso evolutivo de la esquizofrenia. Asimismo, genes relacionados con una menor eficacia funcional de receptores, neurotransmisores y/o factores neuroprotectores son más frecuentes en pacientes con psicosis y explican, además, una parte de la variabilidad observada en el curso y evolución del episodio.

En este sentido, la experta ha informado de que en España más de 400.000 personas padecen esquizofrenia y tanto los propios pacientes, como sus familiares y los profesionales que los atienden precisan tener a su disposición herramientas que les ayuden a enfrentarse de un modo adecuado a esta enfermedad, que no sólo lleva asociado el aspecto sanitario sino también el estigma y el rechazo social que debe ser erradicado de nuestro entorno.

“En las últimas dos décadas se han producido grandes avances en la aproximación a la enfermedad, que han contribuido de forma notable a su alivio sintomatológico, a un descenso del número de recaídas y a una disminución del número y del tiempo de las hospitalizaciones, pero aun carecemos de marcadores específicos que permitan establecer un diagnóstico preciso. Nuestro conocimiento actual y la aportación de los futuros estudios acerca de la etiología, la fisiopatología y la expresión clínica de la esquizofrenia, permitirán definir mejor los objetivos de tratamiento clínico y molecular, desarrollar enfoques para prevenir la progresión de la enfermedad y personalizar el tratamiento, que debe ser precoz y adecuado a las características y necesidades del paciente”, ha zanjado.

FUENTE: http://ecodiario.eleconomista.es